Un idioma es la declaración de las palabras del fuego. Son los truenos que despedazan los tallos, los cráteres en las lilas. Meter las manos en la tierra, sembrar, por si la lluvia también quiere alimentarse. Un idioma es la velocidad de la resistencia, la intención del grito. El poder de encenderse, de hacer del fuego un rito, y del rito un idioma.

¿Cuál es el ruido del fuego? Martina podría hacerse esta pregunta para comprender su propio idioma.
Entre otras cosas, este libro habla de la ausencia. Dos puntas fuertemente delineadas se tocan. La política, con la ausencia de estado, de trabajo y empatía. La personal, con la ausencia de salud y lo que parece el miedo oculto a falta la de coherencia frente a un sentimiento de dolor insoportable. Un padre enfermo podría ser el comienzo de la adultez. Donde la esperanza se cae o parece una mentira que se seca. La autora busca un espacio donde asome la memoria y ahí se quede. Y, por si la memoria se pone vieja, Martina hace de telarañas, redes.

Del prólogo, por Flavia Calise

Martina Cruz nació en 1997 en Temperley, Buenos Aires, Argentina. Estudia Guión cinematográfico en la ENERC. Publicó tres plaquetas: “Camino negro al fondo” editado por El Rucu Editor, “Call Center” editado por Rama Dorada y “Esto no es un poema de amor” junto a Camila Guardia, editado por BRUTA. Publicó su primer libro en 2019 titulado “Cuando se incendia mi casa” editado por Elemento Disruptivo. También hace música con su poesía.